Intervención del MOVUS en la Comisión de Presupuesto del Senado por la rendición de cuentas

Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda, 16 de setiembre de 2022



(Ingresan a sala los representantes del Movimiento por un Uruguay Sustentable).

                –Damos la bienvenida a los representantes del Movimiento por un Uruguay Sustentable. Nos acompañan la señora Ana Filipini y los señores Gonzalo García Lagos y Raúl Viñas.

SEÑORA FILIPINI. – Buenos días; les agradecemos por habernos recibido.

Desde el MOVUS, por más de una década, nos hemos preocupado por la forma en la que se utilizan los bienes comunes, especialmente la tierra y el agua, en beneficio de unos pocos y en perjuicio de la gran mayoría. En esta oportunidad, nos llama la atención que a pesar de que muchas veces se nos ha dicho que el Ministerio de Ambiente iba a priorizar los temas ambientales en esta rendición, el ministerio es el que tiene menor presupuesto y, además, se reduce a la mitad de lo presupuestado en 2020. De todas maneras, lo que más nos llama la atención es que hay reducciones en el área de calidad y evaluación ambiental, mientras que el ministro Peña insiste en los medios de prensa en que el actual Gobierno realiza el gasto más alto cuando, en realidad, lo que sucede es que es la reducción más alta. Esta drástica reducción del presupuesto del Ministerio de Ambiente pone en cuestión y en riesgo la capacidad de evaluación, de monitoreo, de fiscalización y de penalización ambiental que tendrá el ministerio. Una correcta evaluación de futuros proyectos, así como el control de los actuales, requiere contar con personal, con transporte, con laboratorios y con equipos. Y esos recursos, obviamente, están en jaque con una reducción tan drástica.

El país debe monitorear en el futuro cercano dos megaproyectos: UPM 2 y ferrocarril central. Si se concretaran, además deberá evaluar y controlar la exploración petrolera en el mar territorial, el uso de nuestros cursos de agua y del acuífero Guaraní en el proyecto de hidrógeno verde en el centro del país y la extracción de agua en el Río de la Plata para el proyecto Neptuno. Quizás lo que todavía más nos sorprende es que la rendición de cuentas propone otras nuevas partidas que en un primer año pueden estimarse en poco más de USD 1:000.000, pero ese dinero no está destinado a fortalecer la gestión ambiental, como dijimos, sino que es para equipos y redes de informática de un nuevo local. Trasladarse a un nuevo local y acondicionar la red de informática conlleva el grave riesgo de que el Ministerio de Ambiente quede paralizado en su funcionamiento por meses. Asignar esas partidas con ese fin es cuestionable ya que el reacondicionamiento del local existente puede realizarse con un costo muchísimo menor.

Por otra parte, existen problemas emergentes, como el cambio climático, que carecen de recursos financieros adecuados. La Dirección Nacional de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente recibe el 0,004 % del presupuesto de la Administración central, a pesar de que debe coordinar la respuesta nacional ante el cambio climático, lo que implica coordinar tareas con 11 ministerios

                Además, la rendición de cuentas desaprovecha la oportunidad de fortalecer el Ministerio de Ambiente y cumplir promesas hechas al inicio de la presente Administración. La más importante es la transferencia del área de gestión y protección del monte nativo, que actualmente se ubica en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y debería ser transferida al de Ambiente. Esta transferencia no implica aumentar el gasto. El señor ministro Peña señalaba que se completaría la estructura del nuevo ministerio con este tipo de arreglos institucionales; sin embargo, hasta ahora no se ha cumplido.

La rendición de cuentas tampoco rectifica el decreto que liberalizó la cacería y sobre el que existe un amplio consenso acerca de su negatividad tanto desde la academia y las organizaciones vecinas en el medio rural como de los propios técnicos de medioambiente.

                Por último, vemos con preocupación que en las planillas de gastos asignadas a Medio Ambiente se incluyan los gastos del programa de fortalecimiento de viviendas. En este caso, nos preocupa que no suceda en Uruguay lo que pasa en otros países, que es que el gasto ambiental se infla con partidas que tienen otros fines y cuyo propósito es mejorar los indicadores de desempeño de un Gobierno y, sobre todo, hacerlo ante organismos internacionales. Como dije al principio, nuestra preocupación se basa en el hecho de que nuestro territorio ha sido invadido por multinacionales que pretenden usar y abusar de nuestra tierra y nuestra agua, y esperan que no haya suficientes controles.


SEÑOR VIÑAS.-
Buenos días a todos. Mi nombre es Raúl Viñas. Después de escuchar a Ana Filipini quizás alguien puede pensar que somos funcionarios del ministerio que buscan más presupuesto. Nosotros tenemos grandes diferencias con este ministerio, pero entendemos que es la herramienta que el país se ha dado para el control ambiental y quisiéramos que funcionara bien, que tuviera los medios adecuados para poder hacerlo y la estructura adecuada también para aprovechar esos medios; de lo contrario, no se lograría nada.

                En esta rendición de cuentas, el mayor aporte al inciso 36, que es el Ministerio de Ambiente, no viene del Estado sino de un préstamo del BID. Son USD 2:000.000 a ejecutar este año y el que viene: USD 900.000 y USD 1:100.000. Ese préstamo fue obtenido en el período anterior y es el mayor aporte que tenemos. Fuera de esa partida, lo que queda bien claro es que solamente la asignación para el alquiler del nuevo edificio ‒descontando la instalación, los cambios informáticos y demás que reseñaba Ana Filipini‒ asciende a USD 1000 diarios, lo que supera largamente la asignación total que se da en la rendición de cuentas para todas las áreas operativas.

Para nosotros allí se genera un problema. Por ejemplo, dentro de las áreas operativas, que son las cuatro direcciones que tiene el ministerio, la Dirección Nacional de Cambio Climático, que es un tema que se menciona en la prensa, del que se habla políticamente y que está cobrando gran importancia, no recibe ni un peso, ni de los USD 750.000 –que equivalen a $ 30:000.000– que se asignan para usos de diferentes programas dentro de las direcciones ni de la asignación específica que se da en los artículos para cada una de las direcciones que están listadas dentro del inciso 36. Eso realmente es algo que nos sorprendió; no esperábamos encontrarnos con eso y no entendemos por qué tampoco se hace hincapié en buscar fondos para ese rubro, que nadie puede dejar de reconocer que es importante. Ahí no quiero meterme, tampoco como meteorólogo, pero realmente es un punto que hoy está en boca de todos, maneja muchas cosas, mueve muchas cosas y aquí, en el Uruguay, no le estamos dando ni un peso, nada.

                En el proyecto de ley que se sancionó en la Cámara de Representantes aparecieron dos artículos que no estaban en la iniciativa del Poder Ejecutivo y estaban numerados como artículos 323 y 324. El primero de ellos habla del establecimiento de un Registro Nacional de Laboratorios Ambientales, que quedaría a cargo del ministerio, pero para el cual no aparece ningún tipo de regulación.

¿Qué es un laboratorio ambiental? ¿Cómo se va a registrar? Ese artículo debería tener al final una adenda, un agregado, que diga que esto lo reglamentará el Poder Ejecutivo o que se hará algo con ese artículo, porque dejarlo así, verdaderamente es dar carta libre en algo de lo que no sabemos qué puede salir. Ese registro de laboratorios sería seguramente, como dice al final, para que operaran en los asuntos ambientales. A quién se le va a permitir operar, cómo va a operar y por qué el Estado no hace adecuado uso de sus facilidades de laboratorios para realizar los estudios ambientales directamente son dudas que nos van quedando. No hay criterios. Debería regularse.

Por otra parte, el otro artículo que se agregó vuelve a basarse en un entendimiento del espíritu del artículo 39 de la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible, Ley n.º 18308. Aquí otra vez se agregan excepciones a lo que se puede establecer en el terreno rural. Es algo que se ha venido haciendo y agregando, y se está poniendo cada vez más peligroso.

En este artículo ahora se permite instalar plantas de tratamiento de aguas, de aguas residuales y de saneamiento. Es algo que hasta ahora no estaba autorizado, pero queda específicamente autorizado en un momento en que sabemos que algunas empresas están tratando de hacer proyectos de este tipo ¿Por qué no debe autorizarse esto? Porque ese tipo de plantas –de saneamiento, de tratamiento de aguas y demás–, como dice el artículo 39 de la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible, son instalaciones urbanas que requieren servicios urbanos y nacen a partir de necesidades urbanas. No tienen nada que hacer en suelo declarado rural. Si se van a instalar dentro del territorio nuevas plantas –que seguramente serán necesarias y pueden ser bienvenidas–, ello debe hacerse en territorio catalogado como suburbano. De otra manera, nos quedamos sin ordenamiento territorial y le vamos pasando por arriba a la ley, en sus diferentes partes, con este tipo de pequeños cambios que aparecen de pronto en los proyectos de ley y, lamentablemente, todos van en el mismo sentido.

Ahora voy a repetir algo que dijo la señora Filipini en relación con los montes nativos. La parte de montes nativos no tiene nada que hacer en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, que es un ministerio productivo. Tenemos que separar claramente, no solo en lo orgánico, sino también en la mente de todos nosotros, la diferencia que existe entre un monto natural, un monte nativo, y lo que puede ser la plantación de árboles. Si no tenemos eso bien claro, seguiremos pensando o teniendo la imagen de que esas plantaciones son bosques y, de esa manera, las tratamos en forma diferente a otros cultivos que se hacen en forma industrial en nuestro país. A nadie se le ocurre decir que un plantío de trigo durante este invierno es una pradera. Pero sí se dice que una plantación o un monocultivo intensivo de árboles es un bosque.

Lamentablemente, con ese paso han entrado algunas cosas como que no se le debe quitar poder a un ministerio –lo hemos visto en la prensa– para evitar sacar la parte de montes nativos hacia el Ministerio de Ambiente. Ese tipo de cosas no deberían de existir. La diferencia de poder que puede tener un ministerio por contar con una dirección más o menos, no debería afectar, de ninguna manera, el reconocer lo que el Estado tiene que hacer. El tipo de tratamiento como el de los montos nativos debe estar en la órbita del Ministerio de Ambiente. Dado que se agregan tantas cosas en una rendición de cuentas, capaz que convendría agregarlo directamente en esta. Como dijo Ana Filipini, no genera ningún tipo de gasto y demás porque se trasponen los créditos y todo lo que está en una dirección a la otra.

SEÑORA PRESIDENTA.- Les pedimos que vayan redondeando porque se les está terminando el tiempo de que disponen.

SEÑOR VIÑAS.- Sí, señora presidenta.

Por otra parte, el Ministerio de Ambiente ha sido un pobre ejecutor de los fondos asignados. En 2020 utilizó menos del 35 % de lo presupuestado.

El tema de los laboratorios no está bien tratado; por ejemplo, hemos perdido soberanía. Los laboratorios nacionales no están haciendo los análisis de UPM, que son realizados por los laboratorios finlandeses. Están a cargo de UPM, claro, pero después nos dan sus resultados para decirnos que ellos no contaminan el territorio. No tenemos conocimiento real de esas cosas.

Ahora nos encontramos con el proyecto Neptuno que, justamente, necesita autorización para colocar una planta de tratamiento de aguas y demás. Ese proyecto está a punto de ser licitado sin que se hayan realizado previamente los estudios ambientales. ¿Qué se va a licitar? ¿Qué tipo de proyecto? ¿Y si después en el estudio ambiental debemos hacer cambios? ¿Cómo se arregla eso con una empresa que ya lo tiene asignado? Ahí hay que cambiar el orden; la carreta y los bueyes no están bien ubicados.

Más allá de lo que diga el PBI, somos un país pobre. Nuestro PBI ha crecido mucho porque tenemos muchos ingresos que van por asignación al PBI, pero nunca ingresan a la economía nacional. Son ingresos de empresas que trabajan en zonas francas, con grandes ganancias, y cuyo resultado no se ve en las cuentas nacionales, ni siquiera en las exportaciones. Cuando se habla de que algunas empresas exportan, en realidad, están vendiendo cosas en la zona franca y eso no queda registrado como exportaciones, no pasa por la Aduana.

Un tema que teníamos nosotros es el de la bioseguridad. Hablamos del artículo 194 que, por suerte, fue eliminado en la Cámara de Representantes, pero vemos que, de cualquier manera, se están agregando con mucha rapidez las autorizaciones de eventos transgénicos. Por ejemplo, el 1.º de setiembre se autorizaron siete nuevos eventos que tienen que ver, en su gran mayoría, con resistencia a algunos herbicidas de segunda o tercera generación, más allá de glifosato, como el glufosinato de amonio.

Vemos, entonces, que se va armando un tipo de carrera armamentista en la que determinadas armas dejan de servir, se agregan otras nuevas y, a su vez, se incorporan más cosas en el ambiente que no están bien estudiadas, que han presentado algunos problemas y sobre ello ha habido resoluciones de la Unión Europea para no utilizarlas. Ahora se están generando eventos transgénicos específicamente diseñados para ser utilizados en conjunto con esto. Capaz que esa sería una pregunta para el ministro Mattos a los efectos de saber cómo venimos.

Como los señores senadores pueden advertir, no hemos venido a reclamar nada para nadie en particular, sino que con nuestra intervención buscamos despertar algún interés sobre lo que, quizá, no se vio en el estudio previo, especialmente en lo que tiene que ver con los artículos que se agregaron. De alguna manera, apuntamos a tener una rendición de cuentas que sirva más para lo que debemos lograr nosotros, esto es, que el país avance.

Los artículos 323 y 324 que se agregaron no tienen que ser aprobados tal como vinieron. Además, habría que ver si el Ministerio de Ambiente no es capaz de repensar un poco ese gasto de USD 1000 diarios –USD 360.000 anuales– para destinar a una sede que, en este tiempo de reuniones virtuales y demás, seguramente no es tan necesaria.

SEÑOR GARCÍA LAGOS.- Quiero hacer una reflexión en voz alta con relación a lo que se está viviendo hoy en día.

En este momento, el mundo está en guerra. Se está jugando un nuevo orden internacional y, desgraciadamente, nosotros estamos inmersos en este globo, en esta Tierra. Particularmente, nosotros estamos envenenando a nuestro país con todos los fitosanitarios y sus aplicaciones. Cada vez más estamos sumando productos que están envenenando nuestro suelo.

Se dice que Uruguay debería darle de comer a 40:000.000 o 50:000.000 de personas, pero si seguimos en este camino, para dentro de algunas generaciones no nos va a dar ni para dar de comer a los 3:000.000 de uruguayos. Es lastimoso ver que el Uruguay ha sido colonizado.


Desgraciadamente, la Administración anterior nos entregó amarrados de pies y manos. Teníamos un país que se llamaba Uruguay Natural –es un lindo eslogan que habría que mantener–, que ya ha dejado de serlo. Debemos ubicarnos en el contexto mundial y, además, continental y nacional para salvaguardar nuestra tierra por la seguridad alimenticia; sin embargo, disponemos de muy poco tiempo para eso. En tal sentido, pensamos que la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda debería tratar de solventar una especie de GACH científico, ya que tenemos una muy buena cátedra y muy buenos investigadores. Creo que, en este momento, se está llevando a cabo una interacción entre la Facultad de Ciencias, la Universidad y el Estado, que tiene una cantidad de facilidades de laboratorios. ¿Para qué? Para que trabajando en forma coordinada podamos salvaguardar la salud de este país.

                Muchas gracias.

SEÑORA PRESIDENTA.- Muchas gracias. También nos preocupan todos los temas que han puesto sobre la mesa.

                Agradecemos su visita.

(Se retiran de sala los representantes del Movimiento por un Uruguay Sustentable)

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